Cuando llega el fin de lo que se creía eterno.
Cuando el amanecer apaga la luna.
Cuando las estrellas dejaron de brillar en tu mirada.
Cuando, es el momento en el que decidí soltar la soga que estrangulaba mi dolor marchito de ira contenida y de lágrimas sin derramar.
Honestamente, es que sentada bajo este frío manto estelar, lo único que puedo sentir es el cuerpo helado por tu estúpida ausencia.
Me siento ajena al reloj que marca tu vida y al camino que dejan tus huellas…